El síndrome del impostor es uno de esos temas de los que no se habla en público pero que casi todo el mundo lo siente. Según las investigaciones (Bravata et al. y Valerie Young), el 82% de las personas nos sentimos impostores alguna vez en la vida. Si quieres superar este síndrome y no sabes por dónde empezar, en este vídeo/artículo te cuento 4 técnicas que he usado para superar el síndrome del impostor.
Introducción
En el 2017 terminé mi doctorado en Inglaterra y conseguí un puesto para investigar y dar clases en la universidad de Ámsterdam. Me había pasado cuatro años investigando, profundizando, convirtiéndome en una experta en una temática y seguía sintiéndome una impostora.
En este vídeo voy a compartir contigo cuatro técnicas que me ayudaron a mantener a mi sentimiento mi síndrome del impostor a raya y que espero que te ayuden a cambiar la relación con el tuyo.
Según las investigaciones de Bravata y sus colegas o Valerie Young el 82% de las personas han llegado a sentirse impostor o impostor a alguna vez en su vida y cuando digo de las personas también incluyo a catedráticos ejecutivos presidentes astronautas gente como tú y como yo.
¿Qué es el síndrome del impostor?
El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico en el que la gente se siente incapaz de internalizar sus logros y sufre un miedo persistente de ser descubierto como un fraude.
Vamos, cuando no te crees que los méritos son tuyos, o que las cosas que llegan a tu vida son pura suerte o casualidad, pero desde luego no es algo que tú te merezcas.
Mi historia sintiéndome una impostora
En mi caso, no fue hasta el 2017 que me incorporé en la universidad de Ámsterdam que escuché por primera vez qué era eso del síndrome del impostor.
Parece mentira que aun pudiendo afectar a tanta gente me tirase cuatro años de mi vida haciendo un doctorado, presentando en congresos, analizando datos a nivel europeo… y que nada de eso, ni siquiera escribir una tesis en inglés de unas 300 páginas, pudo quitarme el sentimiento de impostor.
Porque lo cierto es que ese sentimiento se tiene, pero no se comparte y cuando lo compartimos: ¿qué te suele decir la gente?
– ¡Anda mujer! No te preocupes que eso es una racha, que es normal ya se pasará.
Pero a veces no es una racha y a veces no se pasa.
Yo me sentí una impostora durante tanto tiempo que al final pensé que era algo que formaba parte de mi personalidad, que era algo de mi manera de ser.
Una lección importante
Algo fundamental que me ayudó a cambiar mi sentimiento de impostor, fue el darme cuenta de que el yo sentirme un impostor no me hacía una impostora. Es decir: que tus sentimientos son sentimientos y no siempre reflejan tu identidad, ni quien tú realmente eres.
Con el tiempo aprendí que las personas que suelen tener el síndrome del impostor suelen ser personas con mucha ansiedad, muy perfeccionistas y con miedo al fracaso. ¡Lo que no quita que también seamos personas maravillosas que todo hay que decirlo!
En mi caso, dado que abordar el síndrome del impostor me parecía demasiado abstracto me centré en esas tres cualidades que sabía que estaban contribuyendo a mi sentimiento de impostor: la ansiedad el perfeccionismo y el miedo al fracaso.
Si tú también sabes que tienes estas cualidades en tu día a día, aquí te traigo 4 técnicas para mantener el síndrome del impostor a raya.
Primera técnica: haz algo mal a propósito
¡Sí, sí! Como estás leyendo… haz algo y falla deliberadamente.
Si te da miedo fracasar puedes probar a dibujar algo por primera vez que jamás te
hubieras imaginado que podrías dibujar, sabiendo que te va a salir mal.
O si eres más cocinitas, puedes probar una receta nueva como croissants o buñuelos que son especialmente difíciles.
Fracasa a propósito y practica quitarte el miedo a cometer errores.
Segunda técnica: practica la compasión todos los días
Si eres una persona exigente como lo soy yo, probablemente la palabra compasión te dé un poco de “yuyu”, te rechine.
A algunas personas les sirve repasar aquello que consideran que han hecho bien durante el día, mientras que a otras personas (como a mí) hacerte la pregunta ¿Has hecho lo mejor posible en el día de hoy? A mi me sirve muchísimo.
Y atención que cuando digo hacer lo mejor posible no me refiero a que lo hayas hecho perfecto. Para nada. Hacerlo lo mejor posible significa que con todas las circunstancias, con tu energía, con tus necesidades y con tus emociones, en ese momento tú diste todo lo que pudiste de sí en esa circunstancia y eso para mí es más que suficiente.
Tercera técnica: valora el esfuerzo del día a día
Céntrate en valorar, en apreciar cualquier cosita, cualquier paso que hagas que te lleva más cerca de la meta.
Este punto es clave para aquellas personas que se obsesionan con el resultado, que miden su valía en función de los productivas que son.
Lo cierto es que a veces los proyectos salen, pero otras veces no y sea cual sea el resultado te vas a pasar más tiempo en el proceso que en el resultado. Por lo tanto, merece la pena prestarle atención y valorarlo y si te animas incluso mimarlo.
Por eso te aconsejo que te centres en el presente y no tanto en el resultado.
Cuarta técnica: practica el mindfulness
Está más que demostrado que el mindfulness te puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
Para ello no hace falta que te sientes a meditar durante una hora, ni siquiera media hora o 10 minutos, 5 o un minuto son más que suficientes si te sientes una impostora un impostor es muy probable que tengas mucho estrés y ansiedad durante el día.
Recuerda que el mindfulness es un antídoto estupendo para combatir esas emociones.
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Por cierto, si te apetece practicar mindfulness y no sabes cómo ya te puedes registrar a mi mini curso online gratuito en el que te voy a enseñar cómo navegar el estrés y la ansiedad con un toque de humor, en tan sólo cinco días.
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Conclusión
Ahora ya sabes que la mayor parte de la gente con la que te relacionas se ha sentido un impostor o una en impostora alguna vez en su vida.
En este vídeo te dejado cuatro técnicas para mantener al impostor a raya.
¿Has probado algunos de estos consejos antes? Tanto si los has intentado o los pones en práctica por primera vez, comparte los comentarios cuál ha sido tu experiencia… o si me quieres contar cuál es tu relación con tu síndrome del impostor estaré encantada de leerte.
¡Nos vemos muy pronto! ¡Hasta luego!
¡Qué interesante!
Me ha encantado. Yo comencé con el síndrome en la carrera, cuando trabajaba, en las oposiciones, dando clases cada día y en cualquier puesto nuevo o curso aunque me considere experta o lo haya impartido mil veces… Es impresionante y poderoso ponerle nombre. Gracias por los consejos.
Me alegra que te resulte interesante, la verdad es que a mí este tema me fascina precisamente por lo que comentas. Por cómo se presenta en tantas ocasiones y muchas veces ni lo vemos. ¡Gracias por dejarme un comentario! ¡Un abrazo virtual!
Gracias por el artículo!
Que curiosa la técnica de fallar a propósito, no me lo había planteado y me parece genial para quitar una capita de perfeccionismo de encima y sacarnos una sonrisa.
Un abrazo!
Hola Tania:
¡Has pillado la idea a la perfección! En realidad la llamé “fallar a propósito” pero podría haber sido llamada perfectamente “hazte un experto del fracaso”. En el fondo es otra oportunidad para quitarnos esos miedos a hacer las cosas mal con algo que hasta no pueda resultar divertidos. Intenta hacer buñuelos y me cuentas… yo no superé el paso de mezclar los ingredientes cuando se me quedó una masa horrorosa imposible de manejar jajaja. ¡Un abrazote bien fuerte!