Ana hands on the heart

¡Hola! Soy Ana,

experta en ansiedad y la comunicación empática. Te ayudo a sentirte bien en tu día a día.

En la parte superior se puede leer el título del artículo "3 formas de autocuidado para el verano." Debajo del título se observa una foto de una toalla de colores con arena. En la toalla hay dos mitades de sandías abiertas y apuntando hacia arriba.

3 formas de autocuidado para el verano.

Por lo general soy de ese tipo de personas a las que le cuesta mantener sus prácticas de autocuidado (como el mindfulness) cuando llega el verano. Aunque practicar yoga, la atención plena y la autoempatía me resulta fácil en la rutina del día a día, cuando llega el verano todo se vuelve patas arriba.

Es cierto que hay una parte de mí que disfruta de la espontaneidad que trae el verano. Todos esos planes en el último minuto que son posible gracias al buen tiempo (sobre todo si vives en Holanda donde llueve cada dos por tres).

Sin embargo, otra parte de mí se siente frustrada cuando no puede mantener los hábitos de autocuidado que cultivo tan cuidadosamente durante el resto del año.

¿Sabes a lo que me refiero?

De hecho, hubo un momento en el que me di cuenta de que esta tensión interna entre estas dos partes reflejaba algo sobre mi manera de llevar mis rutinas. La estructura que sostenía estos hábitos de autocuidado durante el año no me servía en el verano. Necesitaba una nueva configuración, una estructura más flexible.

Si a ti también te cuesta el cambio de rutina y soltar algunos de tus hábitos en el verano, te interesará leer este artículo. En él te comparto 3 prácticas de autocuidado muy sencillas de incorporar durante el verano.

Notarás que todos estos consejos prácticos toman la forma de una pregunta. En mi experiencia, hacerme preguntas es una de las estrategias más eficaces que he encontrado para conectar conmigo misma. Hacer preguntas me ayuda a bajar el ritmo y a saborear el presente. Lo que me suele ocurrir es que, tras hacer una pregunta, se abre un espacio en mí, en el que me puedo asentar en el ahora y tomar conciencia de cómo cuidarme mejor.

Práctica de autocuidado 1: ¿Qué notas en tus pies en este momento?

Recientemente asistí a una formación internacional de 80 personas en Rumanía. Debido a la intensidad del curso, noté que hacer la típica pregunta: «¿Cómo estás?» se percibía como algo demasiado abstracto. En lugar de ser una pregunta que generase conexión, noté que esta pregunta hacía que la gente se sintiera abrumada.

Por esta razón, decidí cambiar esa pregunta por esta otra:

«¿Qué notas en tus pies en este momento?” 🦶🏽

De pronto observé que la gente se sorprendía.

«¿Mis pies?» – respondían con una mirada de desconcierto e intriga.

«Sí. ¿Cómo están tus pies? ¿Qué sientes?» – les volvía a preguntar.

Cuanto más hacía esta pregunta, más notaba la intriga que conectar con los pies traía a la conversación. Curiosamente ésta es una pregunta que redirige nuestra atención a una parte de nuestro cuerpo que solemos dar por sentada.

Segundo, aunque la mayoría de nosotras no revisamos las sensaciones de nuestros pies, tanto si estás sentada como si estás de pie, es una parte del cuerpo con la que generalmente es fácil conectar; si no me crees, simplemente mueve los dedos de los pies y nota las sensaciones.

Tercero, en el momento en que conectas con las sensaciones de tus pies, en el instante en que llevas tu atención plena a esa parte de tu cuerpo abres la posibilidad de descubrir algo nuevo de ti en ese instante. Estarás practicando la conciencia corporal, cultivando tu atención plena. A lo mejor notarás que necesitas descansar.

Otras personas sin embargo podrían notar que sienten suficiente energía como para continuar con su día.

Solo cuando prestas atención podrás cuidar de tu energía a través de tus pies, si así lo eliges, en un momento dado.

Práctica de autocuidado 2: ¿Qué necesita mi cuerpo en este momento?.

Otra práctica de autocuidado que me ayuda a mantenerme conectada conmigo misma es preguntarle a mi cuerpo:

Querido cuerpecito: ¿Qué necesitas en este momento?

Como buena académica, soy una experta en tomar decisiones que solo tienen en cuenta mi “yo racional”. Es un hábito que tengo muy inculcado a través de mi educación y de mi cultura.

Por otra parte, me fascina la sabiduría que tienen nuestro cuerpo. En este sentido, los peques son unos artistas de la coherencia entre su cuerpo y su mente. Por norma general buscan una sincronicidad absoluta con lo que necesita su cuerpo. Tanto es así que es probable que no le vean sentido a la pregunta “¿qué necesita tu cuerpo ahora mismo?” Ya que por defecto ya suelen navegar su mundo en función de lo que su cuerpo necesita.

🏃🏽 ¿Que su cuerpo necesita moverse? Correrán o jugarán.

💤 ¿Y si su cuerpo está cansado? Pues a echarse una siesta.

🍏¿O si su cuerpecito tiene hambre? Pedirán un tentempié o llorarán hasta que alguien les alimente.

🤗 ¿O que si necesitan cariñitos y calor humano? Se agazaparán a alguien.

En mi caso, me entristece admitir que a medida que fui creciendo me fui despegando progresivamente de lo que mi cuerpo necesitaba para centrarme exclusivamente en lo que mi mente dictaba.
A veces, cuando estoy de vacaciones, quiero visitar tantos lugares o hacer tantos planes que me olvido de seguir en contacto con mi cuerpo.

Yo creo que lo ideal es abordar la pregunta “¿Qué necesita mi cuerpo en este momento?” con la intención de practicar la curiosidad corporal. Todo lo que necesitas para responder esta pregunta es dedicarte 2 minutos de atención plena notando las sensaciones de tu cuerpo.

¿Tienes algún tipo de tensión?

¿Te notas relajada?

¿Tienes algo de ansiedad?

¿Energía? ¿O Cansancio acumulado?

Práctica de autocuidado 3: ¿Qué necesito yo en este instante?

Según el marco de Comunicación No Violenta (CNV), los seres humanos están llenos de necesidades. A veces estas necesidades se cumplen y nos sentimos tranquilos, alegres. Otras veces, nuestras necesidades no se ven satisfechas y estamos irascibles, frustradas o asustados.

Una manera extremadamente fácil de practicar el autocuidado en verano es preguntarte a ti misma:

“¿Qué necesito en este instante?” o “¿Qué anhelo en este momento?”

Para ayudarte con esta pregunta, puedes descargarte una lista de necesidades humanas universales siguiendo este enlace. Te aconsejo que leas las necesidades una por una hasta que notes las que realmente conectan contigo en ese momento.

Muchas de nosotras hemos aprendido que conectar con nuestras necesidades tiene connotaciones negativas. Puede que tengas miedo a parecer «necesitado» o «dependiente». Esta forma de pensar frecuentemente nos desconecta de lo que, en mi opinión, es una de las cualidades humanas más valiosas: la interdependencia.

Marshall Rosenberg, el fundador de la CNV, creía que nuestras necesidades son cualidades humanas universales destinadas a nutrir nuestra vida. No son algo de lo que avergonzarse o de lo que esconderse. Son parte de ti. Las necesidades son un aspecto fundamental de nuestra naturaleza humana.

Tomar conciencia de lo que podrías necesitar en un momento dado abre la puerta a ser más empático contigo mismo. En mi experiencia, es precisamente esta conciencia la que me permite tener más autonomía, sentirme más empoderada y conectada con lo que estoy viviendo en el presente.

Una vez que sé lo que necesito, soy capaz de tomar mejores decisiones. Si, por alguna razón, estoy con un grupo (algo muy habitual en el verano) y noto que lo que necesito no es lo que los demás necesitan, puedo pedir apoyo para satisfacer esta necesidad. O si me cuesta pedir ayuda, siempre puedo optar por encontrar otra manera de satisfacer mi necesidad fuera del grupo.

Independientemente de tu forma de actuar, a menos que conectes primero con tus necesidades y sepas lo que anhelas, será muy difícil actuar conscientemente y cultivar el autocuidado.

Espero que estas tres prácticas de cariño y mimo te ofrezcan un poco más de creatividad y flexibilidad para el verano.

Sácame una sonrisa… Cada vez que leo un comentario levanto la comisura de mis labios.

¿Te resulta fácil mantener tu rutina de autocuidado en verano?

¿Has usado alguna vez alguna de estas prácticas?

¿Cuál de estas prácticas conecta más contigo?

Déjame tu experiencia en los comentarios de abajito.

Imagen de Scott Webb de Unsplash.

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6 Comentarios

  1. Tania

    Gracias Ana por estos truquitos tan faciles de aplicar! Especialmente el de las necesidades me parece muy valioso para conectar con como estamos y que necesitamos, generar ese espacio de auto escucha.

    Responder
    • Ana Yoganasanas

      Pues sí, Tania. La verdad es que como no prestemos atención es fácil dejarnos llevar por el día a día y aparcar lo que necesitamos en cada momento. Más con esa intención de escucharnos y estar cerquita de nuestras necesidades. 🙂

      Responder
  2. Elena

    Muy bueno lo de los pies 😅

    Responder
  3. Arantxa

    Es cierto que en verano nos resulta algo más fácil «olvidarnos» de nosotros y nuestro autocuidado y dejarnos llevar.
    Gracias por recordarnos y darnos estás ideas para que cada día, incluso en verano, sigamos siendo conscientes de nuestro yo.

    Responder
    • Ana Yoganasanas

      Gracias Arantxa por tu comentario.
      Me alegra muchísimo saber que estas preguntas te ayudan a seguir cultivando ese autocuidado y autocariño que tan valioso es en nuestra vida.
      ¡Un abrazo bien grande!

      Responder

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